"La instagramalización de los alimentos: la revolución visual de la comida"
- Adrián Lopera
- 10 jul 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 24 jul 2024
Edwin Adrián Lopera Hernández
Antropólogo
2024
El mundo ha cambiado y lo sigue haciendo todos los días. Estamos inmersos en un nuevo paradigma. Todo cambió, las relaciones, las tecnologías, la industria, el concepto de familia, todo. Y por supuesto, la forma en que nos alimentamos también lo hizo considerablemente.
En este contexto cambiante, la antropología, al igual que muchas otras ciencias sociales y humanas, se pregunta constantemente qué pasa y cómo estos cambios en las dinámicas del mundo ha incidido en la forma como nos comportamos. Particularmente en el ámbito de la alimentación se propone una pregunta para reflexionar en este post, una que los antropólogos vienen haciendo rato, ¿por qué comemos lo que comemos?. Ya existen muchas respuestas al respecto, pero hoy exploramos una nueva, una que trajo la virtualización y las nuevas tecnologías de la comunicación.
Para responder a esta pregunta, los antropólogos han examinado una amplia variedad de factores culturales, sociales, históricos y biológicos. El entorno natural y los recursos disponibles influyen en lo que las personas comen. Las prácticas alimentarias se adaptan a las condiciones climáticas, la geografía y la disponibilidad de recursos locales. Por ejemplo, las sociedades costeras tienden a consumir más pescado, mientras que las sociedades agrícolas tienden a consumir más productos vegetales y granos. Así entonces, los antropólogos han analizado las prácticas alimentarias, cómo se desarrollan y cómo configuran las culturas y las sociedades. Una conclusión importante es que los hábitos alimentarios están profundamente arraigados en las tradiciones y creencias, en las formas de pensar, sentir y actuar de las personas que habitan los diferentes contextos.
Así mismo, desde la perspectiva de la antropología económica, los factores económicos, como la producción de alimentos, el comercio y la globalización, influyen en la dieta. La disponibilidad y el costo de los alimentos determinan lo que las personas pueden permitirse comer. La introducción de alimentos extranjeros a través del comercio cambia las dietas locales, y de hecho lo hicieron. Además, la religión y las creencias espirituales a menudo dictan qué alimentos están permitidos o prohibidos. Por ejemplo, las dietas kosher en el judaísmo, las reglas halal en el islam y las restricciones vegetarianas en el hinduismo.
Una dimensión particularmente interesante de análisis es la relación entre alimentación, identidad y estatus social. La comida se convierte en un símbolo de estatus social y de identidad personal. Ciertos alimentos y estilos de comer están asociados con el prestigio, la clase social y el estatus económico. La elección de alimentos es una forma de expresar la identidad individual y grupal. Por ejemplo, el consumo de caviar en eventos de la alta sociedad. En muchas culturas occidentales, el caviar se considera un manjar de lujo y un símbolo de estatus elevado. En eventos sociales exclusivos, como cenas de gala y recepciones diplomáticas, se sirve caviar para destacar la riqueza y el poder de los anfitriones e invitados. Este consumo no solo demuestra estatus económico y social, sino que también refuerza la identidad del grupo de élite, compartiendo experiencias y gustos exclusivos.
Otro ejemplo es el consumo de quinoa en la clase media-alta urbana. En muchas sociedades occidentales, la quinoa se ha popularizado como un superalimento debido a sus beneficios nutricionales y su origen tradicional en las culturas andinas. En los últimos años, se ha convertido en un alimento de moda en la dieta de la clase media-alta urbana, especialmente entre aquellos que valoran una alimentación saludable y sostenible. Consumir quinoa puede ser una declaración sobre la importancia de una dieta equilibrada y un compromiso con un estilo de vida saludable y sostenible. También puede ser una forma de distinguirse dentro de un grupo social, representando una tendencia hacia alimentos considerados modernos y de moda.
Ahora, en los últimos 10 años, ha surgido un fenómeno que podría nombrarse como la "instagramalización" de los alimentos, impulsado por el uso de las redes sociales. Es decir, es una tendencia que se refiere a la presentación y consumo de alimentos de manera visualmente atractiva para ser compartidos en plataformas como Instagram y otras. Este fenómeno ha influido en la industria alimentaria y en los hábitos de consumo de diversas maneras. Los alimentos se preparan y decoran con un enfoque en la estética visual, utilizando colores vibrantes, composiciones artísticas y decoraciones llamativas. La popularidad de tendencias alimentarias como los bowls de acaí, los toasts de aguacate y los cafés con arte latte ha aumentado gracias a su atractivo visual en las redes sociales. Muchos establecimientos diseñan platos específicamente para ser fotografiados y compartidos en instagram, incluso creando espacios temáticos para atraer a los instagramers.
Aunque la "instagramalización" promueve la creatividad culinaria y la exploración de nuevas comidas, también fomenta hábitos poco saludables si se prioriza la apariencia sobre el valor nutricional. Además, lleva a un aumento del desperdicio de alimentos si la prioridad es hacer que los platos se vean bien en lugar de ser prácticos o sostenibles.
Las problemáticas asociadas con la "instagramalización" de los alimentos incluyen el desperdicio de alimentos, debido a la obsesión por crear platos visualmente perfectos lleva a un aumento del desperdicio, ya que los ingredientes que no cumplen con los estándares estéticos pueden ser descartados.
En temas de salud y nutrición, la prioridad en la apariencia lleva a sugerir dietas desequilibradas. Algunos alimentos populares en instagram, aunque visualmente atractivos, carecer de valor nutricional y son altos en azúcares y grasas.
La presión social y salud mental, la constante exposición a imágenes de comidas perfectas genera presión social y ansiedad, fomentando comparaciones poco saludables y problemas de autoestima, especialmente entre los jóvenes.
En el impacto ambiental, la demanda de ingredientes específicos para crear platos estéticamente agradables puede fomentar prácticas agrícolas insostenibles y aumentar la huella de carbono debido al transporte de productos exóticos.
Una cultura de la superficialidad, en la presentación de alimentos puede desvalorizar la importancia de la comida como parte de la cultura y la tradición, enfocándose solo en la apariencia superficial en lugar de la calidad y el significado cultural.
¿Qué hacemos?
Para abordar estas problemáticas, es fundamental tomar conciencia y generar espacios de educación que promuevan prácticas responsables y sostenibles. Fomentar el uso de ingredientes locales y de temporada, minimizar el desperdicio de alimentos y valorar la autenticidad y la realidad sobre la perfección en las redes sociales son pasos esenciales.
Sin embargo no podemos negar que la "instagramalización" de los alimentos también ofrece beneficios a las empresas, especialmente en la industria de la alimentación y la hospitalidad. Incrementa la visibilidad y el reconocimiento de marca, atrae nuevos clientes, aumenta las ventas y fortalece la relación con los clientes. Las empresas pueden construir una comunidad en torno a su marca, alentando a los clientes a compartir sus experiencias y convertirse en embajadores de la marca.
Conclusión
La "instagramalización" de los alimentos ha transformado significativamente la manera en que percibimos y consumimos la comida, ofreciendo tanto oportunidades como desafíos. Si bien esta tendencia puede impulsar la visibilidad de marcas y promover la creatividad culinaria, también presenta problemáticas como el desperdicio de alimentos, la superficialidad en la elección de comidas y la presión social por alcanzar estándares visuales de perfección.
Es crucial que cada uno de nosotros adopte una perspectiva crítica sobre lo que comemos y cómo lo compartimos en las redes sociales. Debemos valorar la calidad nutricional, la sostenibilidad y el significado cultural de nuestros alimentos tanto como su apariencia. Al educarnos y tomar decisiones conscientes, no solo podemos disfrutar de comidas estéticamente agradables, sino también contribuir a un sistema alimentario más saludable, sostenible y equitativo.
Invitamos a todos a reflexionar sobre sus elecciones alimentarias y a considerar el impacto de sus hábitos y publicaciones en la salud personal, la comunidad y el medio ambiente. Al hacerlo, se transforma la "instagramalización" de los alimentos en una fuerza positiva que celebra la autenticidad y la diversidad de la cultura culinaria global.
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